La felicidad del sacrificio


La felicidad del sacrificio

Juan Carlos Ramchandani*


Iba a empezar este artículo con esta sencilla declaración: la esencia de la vida espiritual es el servicio a los demás. Pero me quedé dudando. Como escritor, cada día tengo que enfrentarme al reto de conseguir una comunicación clara. Por lo tanto pensé: "¿Todo el mundo entenderá el significado de esta frase?" Puede pensarse que la frase es clara, pero no todo el mundo la leerá de la misma manera. El principal problema se refiere al término espiritual, que significa distintas cosas a distintas personas.

¿Qué imagen surge en la mente cuando se escucha esta palabra? Si sueles leer mis escritos, probablemente pensarás en el alma o en Krishna o en el mundo espiritual o en la práctica del hinduismo. De manera natural igualarás espiritual a trascendental.

Pero no todo el mundo piensa igual. Una definición de espiritual dice "mostrar gran refinamiento y preocupación por las cosas más elevadas de la existencia”. Alguien con esa idea de lo espiritual estaría de acuerdo con la siguiente frase: "La esencia de la vida espiritual es el servicio a los demás " pero no hay que perder el punto deseado. Cualquiera puede pensar: "Servir a los demás es una cualidad humana muy refinada, por tanto es espiritual”.


Voy, pues, a ser más claro. Cuando digo "espiritual”, me refiero a la realidad que existe más allá de la materia y las cosas temporales de este mundo. Me refiero a las verdades eternas. Y "vida espiritual" es la vida trascendental del alma en su relación con Dios, ya sea en este mundo o más allá del mismo.
Decir que el servicio es la esencia de la vida espiritual significa que servir a los demás es intrínseco a nuestra identidad real. No podemos escapar, ni, en nuestro estado puro, desearíamos hacerlo. Es esencial a quien somos, y por lo tanto es. En última instancia, eso que nos llena de dicha, nos produce felicidad. 

Alguien que piense en la espiritualidad de un modo más humanista podría decir que los buenos sentimientos que se obtienen al servir a los demás, en sentido filantrópico, indican que ayudar a los demás es espiritual. Se trata de un tipo superior de felicidad que el derivado de los actos egoístas. Esto es cierto. El maestro Swami Prabhupada dijo algo similar, pero él eleva la idea a un nivel superior. Afirma que nuestra dicha al sacrificarnos voluntariamente por los demás, sin esperar recompensas, revela nuestra naturaleza verdadera de siervos eternos de Dios.

En la Bhagavad-gita (3.10) el Señor Krishna dice: "Sé feliz gracias a este sacrificio”. Seremos felices si nos ofrecemos a Dios y a Sus criaturas.

En una ocasión, cuando un periodista le preguntó a Prabhupada cuál era el objetivo de la existencia, el Swami respondió: "Disfrutar”. No era la respuesta que el periodista esperaba. El maestro siguió explicando que en nuestra verdadera identidad de seres espirituales somos espontáneamente felices. La verdadera vida, por lo tanto, es disfrutar, pero en este mundo buscamos disfrutar en los lugares equivocados. Encontraremos la dicha en el servicio a los demás, en el sacrificio.


"Servicio a los demás " es la otra parte de mi primera afirmación que a lo mejor se malinterpreta. No todos los servicios son comparables, ni espirituales. ¿Cuál es el servicio espiritual verdaderamente beneficioso? Rezar, recitar y meditar con mantras, porque todos los que oyen los nombres de Dios reciben beneficios espirituales eternos. Las escrituras védicas recomiendan distintos tipos de sacrificio para cada era. En esta era, el sacrificio recomendado consiste en cantar y rezar los nombres de Dios: un sacrificio sencillo que sólo exige que ofrezcamos algo de nuestro tiempo y de nuestras palabras.
Hace ya 20 años que decidí dedicar mi vida por completo a la compartir las enseñanzas del Sanatana Dharma (hinduismo) sin distinción de raza, sexo o credo. A lo largo del año hago miles de kilómetros viajando por España y otros países de Europa, impartiendo seminarios, dando conferencias, oficiando ceremonias y aunque no es lo que más me gusta también reuniones de carácter burocrático y organizativo. Las nuevas tecnologías también me ayudan a mantener un contacto fluido con cientos de personas, que no conozco en persona, que quieren saber más sobre la espiritualidad hindú. Al terminar el año, haces balance de kilómetros recorridos, lugares visitados, gente que has conocido, cuantos días fuera de casa, lejos de la compañía de mis seres queridos, recibir buena hospitalidad, a veces muchas incomodidades, interminables horas de espera en aeropuertos, estaciones de bus o tren, deliciosas comidas o simples bocadillos. Pero siempre nos queda la dicha, la felicidad del sacrificio en pos de un bien superior, ayudar a que las personas que así lo desean pueden tener una guía y una meta en su vida espiritual. Que el Señor Vishnu me bendiga y tú querido lector/a me regales tus mejores deseos para continuar durante muchos años con este feliz sacrificio. 
Om Shanti, ¡Que haya paz!

*Es purohit (sacerdote hindú), escritor, conferenciante, presidente de la Federación Hindú de España, asesor del Hindu Forum of Europe y miembro fundador del Foro Interreligioso Internacional Transcendence.

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