viernes, 1 de septiembre de 2017

Tatuajes en el hinduismo ¿Son los tatuajes de divinidades o símbolos hindúes una práctica tabú o genuina en el hinduismo?


Los tatuajes han quedado impresos de forma permanente como parte de la cultura actual. Ve por cualquier calle bien transitada de la ciudad que quieras del mundo y seguro que verás una inmensa variedad de tatuajes, desde la pequeña rosa que alguna joven profesional lleva en el hombro hasta el enorme colorido que cubre prácticamente toda la piel de algún motero o  punk. Según la Academia Española de Dermatología el 35% de las personas entre 18 y 35 años de nuestro país tiene al menos un tatuaje (se calcula que 1 de cada 8 personas en el mundo tiene al menos un tatuaje, pero la cifra aumenta). Pero seguro que un devoto hindú es la última persona que te podrías imaginar entre esos  millones de personas tatuadas, ¿verdad?

Falso. La realidad es que muchos sanatanis (nombre original de aquellos que practican el Sanatana Dharma o hinduismo) llevan tatuajes, y el número aumenta constantemente. ¿Es una moda caprichosa, o podemos encontrar en nuestra tradición y Escrituras algún fundamento para los tatuajes devocionales?
Recuerdo que mi padre llevaba tatuadas las iniciales de su nombre y apellido en su muñeca derecha. Me contó que durante la partición de la India y Pakistán (1947) se perdían muchos niños en el éxodo hacia ambos lados de la frontera, y los padres les tatuaban los nombres para en caso de que se extraviaran pudieran ser identificados, ya que en aquellos turbulentos días carecían de un documento oficial. Esto fue por un motivo práctico y no de carácter religioso.

Estudiando  las tradiciones tribales de la India (adivasis),  descubrimos las primeras claves. Algunas tribus, por ejemplo, creen que el devoto más grande del Señor Rama, Hanuman, se puede tatuar en un hombro que se disloca para aliviar el dolor. Las mujeres de la tribu nómada de los ribari de Kutch (estado de Gujerat) en el noroeste de la India, tienen muchos tatuajes extremadamente elaborados. Y la comunidad ramnami, que se encuentra repartida entre los estados de Bihar y Madhya Pradesh, comenzaron a practicar en el siglo XIX una costumbre dolorosa: se hacían tatuar el nombre de Rama en sánscrito en prácticamente cada centímetro de la piel, incluida la lengua y la parte interior de los labios. Con esta práctica, querían protegerse de los fanáticos brahmanes de nacimiento a los que habían enfurecido por haber adoptado costumbres brahmánicas, y siguen llevándolos hoy en día.
De momento, cosa de tribus y cuestiones étnicas. Pero practicantes hindúes serios necesitarán apoyo más tangible de las Escrituras antes de pensar en dejarse inyectar tinta en la piel.

Tapa Samskara, marcas al rojo vivo

Personalmente llevo un tatuaje en cada brazo, uno es el símbolo sagrado del Om y el otro el Sudarshan Chakra el disco o arma suprema de Vishnu. Ninguno de los tatuajes lo hice por antojo. Me tomé unos años de reflexión  y después de una investigación concienzuda. Soy purohit  (sacerdote) y voy muy a menudo con mis tatuajes a la vista de todos. ¡Mejor si puedo explicarlos!

Por supuesto, reconozco que la encarnación moderna del tatuaje no existía durante o antes del nacimiento del vaishnavismo (una de las cuatro sampradayas o escuelas principales del hinduismo que adora a Vishnu o sus encarnaciones como la personalidad de Dios), pero encontramos símiles muy cercanos. En el Prameya Ratnavali, el comentador vaishnava del siglo XVIII Baladeva Vidyabhusan cita cinco procesos de purificación (pancha-samskara) que, junto con la iniciación espiritual, conducen al practicante a obtener una percepción directa del Señor Krishna: austeridad, llevar tilak, realizar ceremonias, recibir un nombre nuevo en el momento de la iniciación, y cantar mantras en glorificación del Señor.
L
a explicación de Baladeva nos sorprende: “En este verso, la palabra austeridad significa marcar con un hierro candente en el cuerpo los símbolos del Señor Vishnu: el disco y la concha”. Como los tatuajes, las marcas al fuego son permanentes, y sí, dolorosas. Es una tradición que se llama Tapa samskara y forma parte del Samasrayanam (iniciación formal) y se remonta al menos al siglo XII y que siguen practicando hoy en día los seguidores del gran santo y maestro Ramanujacharya. La Sri sampradaya se encuentra principalmente en los estados del sur de la India. Para los Sri Vaishnavas, los seguidores de Ramanuja, Tapa samskara, el marcar el cuerpo con hierro al rojo vivo es una parte esencial del proceso de iniciación.


Lakshmana Dasa es un buen amigo y compañero sacerdote Srivaishnava, me contó su experiencia: “Era muy temprano por la mañana,  fue en Sri Rangam. Mientras el Sol se empezaba a levantar a mí espalda, el corazón me palpitaba rápido, pero estaba sentado en silencio, mirando las llamas de la ceremonia de fuego que había ante mí. El hijo de mi guru ofició la ceremonia. Hizo ofrendas al fuego sagrado, invoco a los ayudha-devatas, las formas personificadas de las armas sagradas del Señor Vishnu. Los sellos de metal con la forma tradicional del disco (sudarshan) y de la concha (shankha) se unen a unas barras de metal y se introducen en las llamas. Al cabo de un tiempo, el guru los saca del fuego y los golpea suavemente sobre un plato. Tú sigues mirando, sabiendo que lo hace para asegurarse de que no haya ninguna pequeña brasa que se te pueda pegar a la piel. Finalmente, se dispone a cantar el mantra para Sudarshan, el disco del Señor Vishnu. Es el momento. Te tensas. Sientes el sello al rojo vivo presionándote el hombro derecho, quemando, escociendo. Luego canta el mantra para Panchajanya, y te marca el símbolo de la concha de Vishnu en el hombro izquierdo. Respiras. Se acabó”.

La conexión de la arcilla sagrada

Las marcas con hierro al rojo vivo son bastante comunes en nuestras tradiciones y Escrituras. Pero,  el paralelo más cercano al tatuaje es el tilak (tilaka en sánscrito), la alternativa recomendada por el gran santo y reformador del siglo XVI Sri Chaitanya Mahaprabhu.Todo vaishnava conoce las virtudes de llevar marcas de tilak, la arcilla sagrada. La marca con una parte en forma de u y otra oval que llevamos en la frente es uno de los símbolos con los que se nos puede reconocer inmediatamente.

Pero lo que quizá te sorprenda es que las Escrituras vaishnavas contienen también instrucciones sobre escribir los santos nombres con tilak; e incluso hacer dibujos en el cuerpo con él. En la escritura  Bhakti-rasamrita-sindhu, que contiene la ciencia completa del bhakti-yoga, Rupa Gosvami nos dice: “Al hacer marcas con tilak, a veces se puede escribir Hare Krishna en el cuerpo”. Y en otro pasaje del mismo libro, cita el Skanda Purana sobre el beneficio de llevar tilak: “Las personas cuyo cuerpo está marcado con tilak, con los símbolos de la concha, la rueda, la maza y la flor de loto… aunque se la vea sólo una vez, ayuda a quien la ve a liberarse de todas las actividades pecaminosas”.

En el Hari-bhakti-vilasa, compilado por Sanatana Gosvami, el hermano de Rupa, el Señor Vishnu dice: “Yo entro en el corazón de los devotos que, en la era de Kali, se decoran el cuerpo con dibujos de encarnaciones Mías como Matsya o Kurma… Quienes llevan dibujos de Mis encarnaciones en el cuerpo no son seres humanos cualesquiera; existen en el mismo plano que Mis encarnaciones”.
Elaborando el tema con gran detalle, el Hari-bhakti-vilasa continúa enfatizando esa cuestión durante más de cincuenta versos.
No está mal. Pero, quizá te preguntes: “¿Es todo esto de las marcas tan importante?”.

Cuestiones internas

Bhaktivinoda Thakur (un maestro del siglo XIX) sin duda, tenía su opinión al respecto. En un ensayo que escribió en 1885 titulado Pancha Samskara: The Process of Initiation (Pancha Samskara: el proceso de iniciación), habla de los cinco procesos purificatorios del Prameya Ratnavali mencionados anteriormente en este artículo, dos de los cuales son tapa (definido por Baladeva Vidyabhusan como marcas al fuego) y llevar marcas de tilak.

Sí, los reconoce como formas prescritas de santificar a la persona de forma que su verdadera naturaleza espiritual se pueda desarrollar. Pero, con mucha más fuerza, condena que se esté preocupado sólo de lo externo: “Tapa no se refiere solamente al cuerpo, sino también a la mente y al alma. Si es únicamente física, en la forma de marcar al fuego o con tilak, entonces tapa no ha tenido realmente lugar y la práctica religiosa se vuelve hipócrita”.
Sigue enfatizando lo vacío de esa forma de práctica: “Externamente el estudiante parece bueno, pero internamente no hay nada. Los símbolos de la concha y el disco y el nombre de Hari (Vishnu) marcan el cuerpo. La lengua pronuncia el nombre de Hari, y se lleva a cabo la adoración de shalagrama-shila o de la deidad con el mantra, pero el estudiante continua adicto a interminables prácticas pecaminosas”.

La verdadera devoción en el corazón está por encima de tener el aspecto de un devoto y hacer ver que se actúa como tal. Lo mismo ocurre con los tatuajes devocionales. Pueden llegar a ser una obsesión, una distracción para la sadhana (práctica espiritual). Pero llevarlos con la actitud adecuada, con meditación y la intención correcta, y pueden volverse en un instrumento poderoso al servicio de la Divinidad.

Se supone que todo lo que hagamos nos debe recordar a Krishna. Así que, si nos hacemos un tatuaje por alguna otra razón, deberíamos examinar nuestras motivaciones. Así que, si algo material como un tatuaje te ayuda a recordar a Dios, se puede usar como servicio devocional, pero, si se usa en exceso, se convierte en la finalidad en sí misma. La gente cuando me ve oficiar una ceremonia, al final siempre viene y me pregunta qué son los tatuajes que llevo y qué significan. Es una excusa buenísima para hablarle de la tradición espiritual hindú a la que pertenezco. 

Bien. Digamos que ya te lo has pensado. Pongamos que has decidido que llevar un tatuaje de un símbolo sagrado o de una divinidad hindú es una forma fidedigna de expresar tu devoción, de recordar a Dios y recordárselo a otros.
¿Cuál es entonces el siguiente paso?

Una humilde sugerencia a tatuadores y sus clientes

Me comenta Sita, una magnifica tatuadora: 
“Sea cual sea el tatuaje que te vayas a poner, asegúrate de que es algo con lo que vas a vivir a gusto. Porque va a estar en tu cuerpo más tiempo que tú.” 
“El tatuaje occidental moderno siempre ha tenido mucha influencia asiática, principalmente de la tradición japonesa de los últimos doscientos años. Pero durante los últimos quince o veinte años, ha habido un aumento muy grande del interés por las imágenes de la India. El yoga es muy popular hoy en día, y la gente que lo práctica a veces quieren tatuarse mantras y símbolos de los chakras.”

Cada vez hay más signos de esta invasión del tatuaje hindú. Coge cualquier revista de tatuajes de los últimos años, y encontrarás alguna imagen relacionada directamente con Krishna o algo que tiene que ver con la iconografía hindú. Las diosas Kali, Durga y Lakshmi inundan los estudios de tatuajes, y también el Señor Shiva y el Señor Ganesha. Respetando la libertad de cada uno de decidir en qué parte del cuerpo y que tatuarse, hago una humilde sugerencia tanto a los tatuadores profesionales como a los posibles clientes con peticiones de tatuarse una divinidad o símbolo sagrado hindú. Por favor no lo hagan de cintura hacia abajo. Las escrituras védicas nos dicen que de cintura hacia abajo realizamos actividades impuras (necesidades fisiológicas), los pies se ensucian etc., por lo cual se considera ofensivo el llevar símbolos sagrados desde la cintura hasta los pies. Recuerdo a un amigo que debido a su desconocimiento de esta “regla de oro” se hizo tatuar el símbolo del Om en el pie.

Cuando viajo a la India y entraba descalzo a los templos, la gente le miraba con desprecio e incluso alguno le recrimino que era ofensivo llevar un símbolo sagrado en el pie. Entiendo su reacción, ¿Cómo se sentiría un cristiano si viera que alguien lleva una cruz  o la virgen tatuada en el pie? Por eso ruego que si tienes pensando hacerte un tatuaje con simbología sagrada, sea de cintura hacía arriba, y que el tatuaje además de su belleza visual te ayude a recordar a la Divinidad a través de su forma y santo nombre.  

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