miércoles, 22 de agosto de 2012

Upanayanam, ceremonia hindú del cordón sagrado



La vida de un hindú, desde su nacimiento hasta la muerte, está marcada por los samskaras o rituales purificatorios; que sirven para proteger el cuerpo y la mente de males físicos y mentales. Samskara significa «un acto perfecto».  Éstos son los sacramentos del hinduismo,  ceremonias altamente benéficas, purificatorias y santas, que ayudan al ser humano a mantenerse en armonía con las leyes metafísicas. Erradican el mal karma e incrementan las influencias propicias de la naturaleza material. Su finalidad  es progresar de forma pacífica hacia la existencia última, llegar a  Dios.
A través de ellos se puede santificar la relación entre padres e hijos, marido y mujer, maestro y discípulo, vivos y muertos, santos y la Divinidad.
Los samskaras rechazan las influencias malignas de los mundos visibles e invisibles, y atraen las bendiciones de los maestros y las divinidades.
Las escrituras védicas se hablan de 48 tipos de sacramentos, luego se da una lista de los 16 principales, siendo uno de los más importantes el Upanayanam o ceremonia del cordón sagrado. El cordón sagrado recibe el nombre sánscrito de Yagyopavitam, en hindi Janeu (se pronuncia Yaneu) y en sindhi Janya.
            La ceremonia del cordón sagrado de acuerdo a las escrituras se debe realizar en los varones de 8 a 21 años, y significa la iniciación en el estudio de los Vedas y la recitación y de mantras (fonemas sagrados). En la antigüedad, marcaba el momento en que el niño dejaba la casa de los padres y se marchaba a vivir con el maestro en una ermita (gurukula) para completar su educación formal y espiritual. El ritual de Upanayanam simboliza el segundo nacimiento, por eso a los iniciados se les llama Dwija-bandhus o nacidos por segunda vez, ya que de acuerdo al hinduismo nacemos dos veces, la primera de nuestras madres y la segunda cuando se recibe la diksha, la iniciación espiritual. El cordón sagrado también representa la entrada formal como miembro pleno en la tradición espiritual hindú. Buscando una similitud con el cristianismo católico podría ser parecido al sacramento de la primera comunión. 

  Durante la ceremonia el purohit (sacerdote) después de ser autorizado por los padres del niño, coloca el cordón sagrado sobre el hombro izquierdo del niño cayendo sobre el costado derecho. El cordón hecho de algodón y previamente bendecido consiste en tres hilos unidos por un solo nudo, los hilos representan lo siguiente: las 3 divinidades que controlan la naturaleza material, Brahma la pasión, Vishnu la bondad y Shiva la ignorancia. También simbolizan los 3 actos en los cuales uno debe ser puro y sus respectivas divinidades: Gayatri (la palabra), Saraswati (la mente) y Savitri (los hechos). Finalmente nos recuerdan las 3 deudas principales de todo ser: con el maestro, con nuestros padres y con Dios. 

 Después de recibir el cordón sagrado, en privado o tapados con una tela reciben en el oído derecho de los iniciados el Gayatri mantra, que tendrán que recitar utilizando el cordón, contando los mantras con las yemas de los dedos y tres veces al día: mañana, mediodía y tarde. Luego para cumplir con su primera deuda (la del maestro) y desarrollar su humildad, con una danda (vara de madera) en la mano tiene que pedir biksha (limosna) a todos los asistentes, donativo que luego entrega al purohit. La ceremonia queda finalmente consagrada con el Homa, o ceremonia de fuego donde los iniciados depositan granos de arroz, y repiten mantras sagrados. El evento socio-espiritual tiene como colofón una degustación de comida vegetariana entre todos los asistentes. 
  

Para ilustrar este breve articulo, he utilizado las fotos tomadas el pasado sábado 18 de agosto, donde en la ciudad de Málaga realice la ceremonia de Upanayanam para Navin y Akash, hijos de Raju y Bhavna Nanwani que durante muchos años residieron en Ceuta, y que en este acto tan entrañable estuvieron acompañados de familiares y amigos llegados de Canarias, Ceuta y Málaga. A todos ellos mi agradecimiento por contar con mis servicios espirituales y darles la bienvenida a sus hijos al Dharma hindú.

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