Declaración firmada por la Federación
Hindú de España, junto a más de cincuenta organizaciones hindúes de todo el
mundo.
“Mátá bhúmi putro aham prithivyah” ¡La Tierra es
mi madre y yo soy su criatura!”
— Atharva Veda (12.1.12)
— Atharva Veda (12.1.12)
Han pasado seis años desde que la
primera Declaración Hindú sobre el Cambio Climático fue adoptada por los
líderes espirituales en el Parlamento de las Religiones del Mundo, en
Melbourne, Australia. La declaración advertía cómo la explotación rapaz del
planeta nos ha alcanzado a todos.” La necesidad de un cambio radical de nuestra
relación con la naturaleza, ya no es una opción, es un asunto de supervivencia.
No podemos destruir la naturaleza sin destruirnos a nosotros mismos.”
Desafortunadamente, desde entonces, son
pocas las acciones decisivas que se han tomado. El aumento de la temperatura
global y de los niveles del mar, la acidificación del océano, todos estos han
empeorado. El hielo en el Ártico y la Antártica continúa su rápido
descongelamiento. Sin embargo, seguimos sin tener un tratado global exhaustivo
sobre el cambio climático. El cambio climático es un síntoma escueto de un
problema más profundo; una humanidad que vive fuera de balance con lo que Bhúmí-Deví,
nuestro planeta común, puede proveer de manera renovable.
Hoy, en la Conferencia Climática de
París 2015, nosotros, miembros de la
comunidad global Hindú instamos, otra vez, a que se tome una acción fuerte y
significativa, tanto a nivel nacional como internacional, para prevenir y
reducir la velocidad del cambio climático. Estas acciones deben ser científicamente
e históricamente justas; basadas en una reducción profunda de los gases de
invernadero, mediante una transición que nos aleje del uso de tecnologías
contaminantes y sobre todo del uso de combustibles fósiles. Se necesita
desesperadamente un proceso que lleve a cada nación, lo más pronto posible, hacia
el uso en un 100-por cien de energía limpia. Esta acción provee la única base
para un desarrollo humano continúo y sostenible. Es la mayor esperanza
que tienen billones de personas que viven sin electricidad o instalaciones
limpias para cocinar, con la cual lograr una mayor calidad de vida y reducir la
pobreza.
A pesar de esto, no podemos depender solamente
de la acción de los gobiernos. Cada uno de nosotros tiene un rol que jugar en
la reducción de la contaminación del clima, cambiando su conducta interna y
externa. Como Mahatma Gandhi propuso, “Si pudiéramos cambiarnos a nosotros
mismos, las tendencias en el mundo también cambiarían. En la medida en que un
hombre cambia su propia naturaleza, también cambia la actitud del mundo hacia
él. No tenemos que esperar a ver lo que otros hacen.”
El Mahabharata (109.10) nos dice,
“Dharma existe para el bien de todas las criaturas. Por lo tanto, aquello a
través del cual el bienestar de todas los seres vivos depende, eso seguro es,
Dharma."
Hoy hacemos un llamado a la comunidad
Hindú mundial, a expandir nuestra concepción del Dharma. Debemos considerar los
efectos de nuestras acciones, no sólo en nosotros mismos y en aquellos seres
humanos alrededor nuestro, sino también sobre todos los seres vivos. Cada uno
de nosotros tiene una labor dhármica; debemos poner cada quien de nuestra parte
para asegurar que tengamos un planeta con abundancia.
En la Declaración de Assisi sobre la
Naturaleza (1986), el Dr. Karan Singh escribe, “El hinduismo cree en la
soberanía universal de lo divino… [La humanidad] no es vista como algo aparte
de la Tierra y sus multitudinarias formas de vida… [El hombre] está
integralmente conectado con toda la creación.”
El Śrīmad-Bhāgavatam (11.2.41)
declara, “El éter, el aire, el fuego, el agua, la tierra, los planetas, todas
las criaturas, las direcciones, los árboles y las plantas, los ríos y los
mares, todos son órganos del cuerpo de Dios. La persona devota al recordar
esto, respeta todas las especies.” Al saber esto, los Hindúes se esfuerzan por
la ahimsá, para minimizar el daño que causamos a través de nuestras acciones de
nuestra vida diaria. Como Hindúes, veneramos toda la vida, humana, no-humana,
plantas y animales. Nuestros ríos son diosas, nuestras montañas son dioses.
Todo el paisaje es visto como lleno de divinidad. Los planetas y las estrellas
son objetos físicos, pero estos también son seres celestiales. Estos, al igual
que el espacio que los separa, están llenos de divinidad. Cuando comprendamos
esta realidad, cambiaremos, del sólo querer cuidar a nuestro prójimo como
mayordomos de una creación divina, hacia el convertimos en servidores de lo
Divino. Todas nuestras acciones, incluyendo aquellas en función de proteger al
mundo alrededor de nosotros y a todos los seres que allí existen, se convierten
en actos de adoración.
Debemos basar nuestra respuesta al
cambio climático en un número de principios centrales: construirla a partir de
la verdad, lo Divino es todo y toda vida debe ser tratada con reverencia y
respecto; internalizando vasudhaiva kutumbakam (la familia de
la Madre Tierra), promoviendo sarva bhuta hita (el bienestar
de todas las cosas) y actuando con un entendimiento de karma y
el ciclo del nacimiento, la muerte y la reencarnación.
El cambio climático crea dolor,
sufrimiento y violencia. Si no cambiamos la manera en que usamos la energía y
la tierra, la manera que cultivamos nuestras cosechas y tratamos otros animales
y la manera que usamos los recursos naturales; sólo ampliaremos el dolor, el
sufrimiento y la violencia. De manera personal, podemos reducir este
sufrimiento comenzando a transformar nuestros hábitos, simplificando nuestras
vidas y deseos materiales y no tomando más de la parte razonable de recursos
que nos toca. Uno de los actos más poderosos, que una persona puede tomar para
reducir su impacto ambiental6, es adoptar una dieta a base de
plantas7. Al hacer todo esto, ayudamos a mantener el orden cósmico y
ecológico, un orden que permite que la vida y la existencia puedan
florecer.
Hace más de 5000 años los pilares del
hinduismo, Sanátana Dharma, fueron establecidos en los Vedas
(escrituras sagradas), fue el comienzo de miles de años de una continua
exploración espiritual. Hoy, el Sanatana Dharma consiste en
una infinidad de linajes y maestros, cada uno con una perspectiva diferente de
la relación de la humanidad con la realidad última. El hinduismo elogia
estos valores pluralistas mediante el verso del Rig-veda: “Ékaṃ sád víprá
bahudhá vadanti.La verdad es una, el sabio la llama por muchos nombres.”
Existen muchos caminos del yoga para lograr entendimiento, ya sea karma (acción), bhakti(devoción), jñana (conocimiento),
o rája yoga, ahora seguidos en todo el mundo. Existe un
gran espectro de creencias y prácticas, la cual permite al hinduismo ser
hermosamente diverso y receptivo.
Sin embargo, esta diversidad no debe
distraernos de la unidad subyacente de la fe. En Sánscrito existen tres
palabras de la Isopanisad, que describen ampliamente la visión
Hindú: “Iśávásyam idam sarvam. Todo este universo debe ser considerado
como la energía del Señor.”
Hoy, cada uno de nosotros debe
preguntarse a sí mismo, “¿Cómo puedo servir? ¿Cómo puede convertirse mi
servicio en un acto de adoración para honrar y proteger a Bhūmī-Devī?
A través de esta combinación de acciones
significativas, transformación personal y servicio dado desinteresadamente,
como un acto de adoración; seremos capaces de hacer los tipos de transición
interna y externa necesarios para enfrentar el cambio climático. Al hacer esto,
estamos actuando en una manera profundamente dhármica, fiel a nuestros valores,
filosofía y tradición Hindú.
Aum, shanti, shanti, shantih
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