viernes, 25 de diciembre de 2015
miércoles, 23 de diciembre de 2015
IN MEMORIAM: Doulatram Dhanwani
Por Juan Carlos Ramchandani
El pasado 11 de diciembre a la edad de 84 años
falleció en Ceuta: Doulatram Kemchand Dhanwani, más conocido por los amigos
como Dolu, y Señor Dolu por sus empleados, para los familiares era Dada (el
patriarca). Siguiendo los ritos funerarios hindúes, su cuerpo fue incinerado el
domingo 13. En el tanatorio se dieron cita un gran número de personas:
familiares, amigos, antiguos empleados y autoridades para darle un último adiós
a Dolu y mostrar sus condolencias a la esposa, hijos, nietos y demás familiares
del fallecido.
El
emprendedor
Dolu llego a nuestra ciudad a comienzos de los 1950
procedente de la India. Prácticamente de la nada y a base de mucho esfuerzo,
dedicación e innovación creo un imperio comercial. Fue un emprendedor, un empresario de éxito y
un hombre que supo mantener el equilibrio entre las tradiciones hindúes y las
españolas de la época. Fue uno de los socios fundadores de la empresa Oscar
Internacional, que ha sido un referente histórico del comercio ceutí, con su
departamento de ventas al por mayor y numerosas tiendas de venta al detalle. Dolu
trajo a nuestra ciudad el producto
estrella de la casa: los relojes Citizen, su empresa llego a convertirse en el mayor distribuidor en Europa de la firma
japonesa.
Además de dedicarse a la importación de relojes y
productos de electrónica, Dolu con el tiempo fue diversificando sus actividades
empresariales. Entre otras, creo Abyla, una empresa de construcción y venta de
edificios, accionista del restaurante Vicentino y de la empresa Mondasu
dedicada a la venta de vehículos. También durante un tiempo fue accionista del
periódico El Faro.
Sus antiguos
empleados, aun le recuerdan con afecto, fue un jefe con buenas dotes de
liderazgo y organización. Le gustaba consultar con sus encargados, que
productos traer y cuáles eran los que más se vendían. Poco a poco, fue dejando
la empresa en manos de sus hijos y opto por retirarse después de toda una vida
dedicada al trabajo.
Hombre
de familia y filántropo
Dolu, venia de una familia numerosa, y el también creo su propia gran familia. Casado
dos veces (su primera esposa falleció muy joven) tuvo ocho hijos (una hija y
siete varones). Ha sido abuelo de ocho nietos y dos nietas, más la nieta que
viene en camino y que no ha podido conocer, fruto de la unión de mi gran amigo
Meshi y su esposa Alicia. Sus hermanos y sobrinos le llamaban Dada en señal de
respeto, y siempre le consultaban en temas de negocios o familiares. Ayudo a
traer a algunos de sus familiares de la India a trabajar en España. Luego,
cuando estos se independizaron les ayudó a crear sus empresas y les daba generosas
facilidades de pago de la mercancía.
A Dolu le gustaba colaborar con la Comunidad hindú y
fue una de las personas que dio un donativo para la compra del local social.
También colaboro en diferentes obras
sociales y benéficas de grupos hindúes así como de otras religiones. Fue uno de
los miembros fundadores de la organización filantrópica Rotary Club en Ceuta.
Entre otros cargos, ostento el de tesorero y organizo un viaje turístico a la
India para los miembros rotarios.
Carta
abierta a Dada Dolu
Querido Dada,
Mis respetos y mejores deseos allá donde te
encuentres, estoy seguro que estarás muy bien acogido y libre de los
sufrimientos del cuerpo material. A pesar de que en ciertos temas hemos
discrepado bastante, entiendo que esas
diferencias de opinión se han debido a
la brecha generacional. Entre nosotros sé que había un respeto mutuo y una
callada admiración. Si tuviera que destacar algunas de tus cualidades serían:
elegancia con sencillez, humildad con afán de superación, luchador con
capacidad innata para el perdón y como no, tu generosidad para las buenas
causas.
Tuve la fortuna de conocerte en varias facetas de tu
vida, como el Padre de mi mejor amigo, pude ser testigo de que a pesar de tus
muchas responsabilidades y agotadoras jornadas de trabajo, tratabas de dedicar
un tiempo a tus hijos, que decir, que siempre le proveíste de lo mejor para que
no les faltara nada. Celebrabas sus bodas con gran pompa y te emocionabas al
verlos pasar por el altar fuera por el rito hindú o católico.
Tuve la oportunidad de trabajar durante tres años
(1985/88) en tu querida empresa Oscar Internacional, en aquella época dorada
del bazar en Ceuta. A pesar de ser yo un chaval de quince años, estaba cerca de
ti para hacerte los recados, me sentía como el ayudante de campo de un general.
En el 2003 con la ayuda de tu querido hijo Suresh,
nos embarcamos en el proyecto de hacerte un bonito homenaje en vida. Te
entreviste durante casi tres horas (creo que es la vez que más hemos hablado en
vida), luego me puse a investigar, a recopilar datos, pase días entrevistando a
familiares y personas que habían trabajado contigo. En el 2004 publicamos todo
ese trabajo, nació “Nuestros Orígenes”,
un libro que recoge tu vida y obra, ilustrado con gran cantidad de fotografías
y homenajes escritos de tus hijos. Hicimos una presentación por todo lo alto,
con una cena de gala y una proyección audiovisual. Que feliz estabas aquella
noche con tu libro homenaje y rodeado de la gente que más querías. Fui, feliz
testigo de cómo se hizo una cola de gente, y tu sentado pacientemente firmabas
ejemplares a los familiares y amigos.
Con el tiempo nuestra relación se fue diluyendo, tus
problemas de salud, mis continuos viajes y diferentes vicisitudes de la vida,
hicieron que se creara una “distancia física” entre nosotros. Siempre
preguntaba por ti a tus hijos, y alguna que otra vez te vi por la calle, no sé
si te acordabas de mí, pero tu cara esbozaba una sonrisa al verme.
Le estoy muy agradecido a la Providencia, por
haberme dado la oportunidad de poder hacerte un último servicio. Puse sobre tu
cuerpo una Harinam chadar (tela bendecida) que traje de la ciudad santa de
Vrindavan y ungí tu frente con tilak (arcilla sagrada). La capilla del
tanatorio estaba abarrotada con tu familia, amigos, trabajadores y gente que te
apreciaba. Allí, tuve el honor de dedicarte unas palabras y recitar mantras por
tu alma, justo antes de que tu cuerpo partiera hacia su último viaje, el fuego
purificador de la cremación.
El martes 15, tuvimos un hermoso amanecer, en
dos barcos fuimos a depositar tus cenizas, en las placidas aguas de la Bahía
sur. Allí en una emotiva ceremonia tus hijos, nietos y sobrinos se pudieron
despedir de ti, y yo pude al fin, ofrecerte mis servicios como purohit
(sacerdote). En el hinduismo no decimos adiós, sino decimos “Punar Darshanaya”,
nos volveremos a ver en otra vida.
Aunque físicamente te has ido, tu recuerdo perdurara en nuestra memoria para
siempre. Om Shanti, Shanti, Shanti
“Para el alma no existe el nacimiento ni la muerte
en ningún momento. Ella no ha llegado a ser, no llega a ser y no llegará a ser.
El alma es innaciente, eterna, permanente y primordial. No se la mata cuando se
mata el cuerpo”.
Bhagavad.gita (2.20)
lunes, 7 de diciembre de 2015
¡BHUMI DEVI KI JAI! UNA DECLARACIÓN HINDÚ SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO
Declaración firmada por la Federación
Hindú de España, junto a más de cincuenta organizaciones hindúes de todo el
mundo.
“Mátá bhúmi putro aham prithivyah” ¡La Tierra es
mi madre y yo soy su criatura!”
— Atharva Veda (12.1.12)
— Atharva Veda (12.1.12)
Han pasado seis años desde que la
primera Declaración Hindú sobre el Cambio Climático fue adoptada por los
líderes espirituales en el Parlamento de las Religiones del Mundo, en
Melbourne, Australia. La declaración advertía cómo la explotación rapaz del
planeta nos ha alcanzado a todos.” La necesidad de un cambio radical de nuestra
relación con la naturaleza, ya no es una opción, es un asunto de supervivencia.
No podemos destruir la naturaleza sin destruirnos a nosotros mismos.”
Desafortunadamente, desde entonces, son
pocas las acciones decisivas que se han tomado. El aumento de la temperatura
global y de los niveles del mar, la acidificación del océano, todos estos han
empeorado. El hielo en el Ártico y la Antártica continúa su rápido
descongelamiento. Sin embargo, seguimos sin tener un tratado global exhaustivo
sobre el cambio climático. El cambio climático es un síntoma escueto de un
problema más profundo; una humanidad que vive fuera de balance con lo que Bhúmí-Deví,
nuestro planeta común, puede proveer de manera renovable.
Hoy, en la Conferencia Climática de
París 2015, nosotros, miembros de la
comunidad global Hindú instamos, otra vez, a que se tome una acción fuerte y
significativa, tanto a nivel nacional como internacional, para prevenir y
reducir la velocidad del cambio climático. Estas acciones deben ser científicamente
e históricamente justas; basadas en una reducción profunda de los gases de
invernadero, mediante una transición que nos aleje del uso de tecnologías
contaminantes y sobre todo del uso de combustibles fósiles. Se necesita
desesperadamente un proceso que lleve a cada nación, lo más pronto posible, hacia
el uso en un 100-por cien de energía limpia. Esta acción provee la única base
para un desarrollo humano continúo y sostenible. Es la mayor esperanza
que tienen billones de personas que viven sin electricidad o instalaciones
limpias para cocinar, con la cual lograr una mayor calidad de vida y reducir la
pobreza.
A pesar de esto, no podemos depender solamente
de la acción de los gobiernos. Cada uno de nosotros tiene un rol que jugar en
la reducción de la contaminación del clima, cambiando su conducta interna y
externa. Como Mahatma Gandhi propuso, “Si pudiéramos cambiarnos a nosotros
mismos, las tendencias en el mundo también cambiarían. En la medida en que un
hombre cambia su propia naturaleza, también cambia la actitud del mundo hacia
él. No tenemos que esperar a ver lo que otros hacen.”
El Mahabharata (109.10) nos dice,
“Dharma existe para el bien de todas las criaturas. Por lo tanto, aquello a
través del cual el bienestar de todas los seres vivos depende, eso seguro es,
Dharma."
Hoy hacemos un llamado a la comunidad
Hindú mundial, a expandir nuestra concepción del Dharma. Debemos considerar los
efectos de nuestras acciones, no sólo en nosotros mismos y en aquellos seres
humanos alrededor nuestro, sino también sobre todos los seres vivos. Cada uno
de nosotros tiene una labor dhármica; debemos poner cada quien de nuestra parte
para asegurar que tengamos un planeta con abundancia.
En la Declaración de Assisi sobre la
Naturaleza (1986), el Dr. Karan Singh escribe, “El hinduismo cree en la
soberanía universal de lo divino… [La humanidad] no es vista como algo aparte
de la Tierra y sus multitudinarias formas de vida… [El hombre] está
integralmente conectado con toda la creación.”
El Śrīmad-Bhāgavatam (11.2.41)
declara, “El éter, el aire, el fuego, el agua, la tierra, los planetas, todas
las criaturas, las direcciones, los árboles y las plantas, los ríos y los
mares, todos son órganos del cuerpo de Dios. La persona devota al recordar
esto, respeta todas las especies.” Al saber esto, los Hindúes se esfuerzan por
la ahimsá, para minimizar el daño que causamos a través de nuestras acciones de
nuestra vida diaria. Como Hindúes, veneramos toda la vida, humana, no-humana,
plantas y animales. Nuestros ríos son diosas, nuestras montañas son dioses.
Todo el paisaje es visto como lleno de divinidad. Los planetas y las estrellas
son objetos físicos, pero estos también son seres celestiales. Estos, al igual
que el espacio que los separa, están llenos de divinidad. Cuando comprendamos
esta realidad, cambiaremos, del sólo querer cuidar a nuestro prójimo como
mayordomos de una creación divina, hacia el convertimos en servidores de lo
Divino. Todas nuestras acciones, incluyendo aquellas en función de proteger al
mundo alrededor de nosotros y a todos los seres que allí existen, se convierten
en actos de adoración.
Debemos basar nuestra respuesta al
cambio climático en un número de principios centrales: construirla a partir de
la verdad, lo Divino es todo y toda vida debe ser tratada con reverencia y
respecto; internalizando vasudhaiva kutumbakam (la familia de
la Madre Tierra), promoviendo sarva bhuta hita (el bienestar
de todas las cosas) y actuando con un entendimiento de karma y
el ciclo del nacimiento, la muerte y la reencarnación.
El cambio climático crea dolor,
sufrimiento y violencia. Si no cambiamos la manera en que usamos la energía y
la tierra, la manera que cultivamos nuestras cosechas y tratamos otros animales
y la manera que usamos los recursos naturales; sólo ampliaremos el dolor, el
sufrimiento y la violencia. De manera personal, podemos reducir este
sufrimiento comenzando a transformar nuestros hábitos, simplificando nuestras
vidas y deseos materiales y no tomando más de la parte razonable de recursos
que nos toca. Uno de los actos más poderosos, que una persona puede tomar para
reducir su impacto ambiental6, es adoptar una dieta a base de
plantas7. Al hacer todo esto, ayudamos a mantener el orden cósmico y
ecológico, un orden que permite que la vida y la existencia puedan
florecer.
Hace más de 5000 años los pilares del
hinduismo, Sanátana Dharma, fueron establecidos en los Vedas
(escrituras sagradas), fue el comienzo de miles de años de una continua
exploración espiritual. Hoy, el Sanatana Dharma consiste en
una infinidad de linajes y maestros, cada uno con una perspectiva diferente de
la relación de la humanidad con la realidad última. El hinduismo elogia
estos valores pluralistas mediante el verso del Rig-veda: “Ékaṃ sád víprá
bahudhá vadanti.La verdad es una, el sabio la llama por muchos nombres.”
Existen muchos caminos del yoga para lograr entendimiento, ya sea karma (acción), bhakti(devoción), jñana (conocimiento),
o rája yoga, ahora seguidos en todo el mundo. Existe un
gran espectro de creencias y prácticas, la cual permite al hinduismo ser
hermosamente diverso y receptivo.
Sin embargo, esta diversidad no debe
distraernos de la unidad subyacente de la fe. En Sánscrito existen tres
palabras de la Isopanisad, que describen ampliamente la visión
Hindú: “Iśávásyam idam sarvam. Todo este universo debe ser considerado
como la energía del Señor.”
Hoy, cada uno de nosotros debe
preguntarse a sí mismo, “¿Cómo puedo servir? ¿Cómo puede convertirse mi
servicio en un acto de adoración para honrar y proteger a Bhūmī-Devī?
A través de esta combinación de acciones
significativas, transformación personal y servicio dado desinteresadamente,
como un acto de adoración; seremos capaces de hacer los tipos de transición
interna y externa necesarios para enfrentar el cambio climático. Al hacer esto,
estamos actuando en una manera profundamente dhármica, fiel a nuestros valores,
filosofía y tradición Hindú.
Aum, shanti, shanti, shantih
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