La Bhagavad Gītā es el texto más popular y representativo del hinduismo. Lo es, en primer lugar, porque expone en una síntesis magistral todas las diferentes perspectivas metafísicas sobre la realidad y lo divino —monismo, dualismo, monoteísmo y politeísmo— y los diferentes caminos de liberación o yogas —el del control psicofísico, el del conocimiento de lo Absoluto, el del amor a Dios y el de la acción desinteresada— que hallamos en ese conjunto de tradiciones al que llamamos el hinduismo. Solo le falta exponer la perspectiva tántrica, pero eso se debe a que el tantra nació siglos después de la composición de la Gītā. Sin embargo, algunos de los comentarios más importantes de la Canción del Bienaventurado, como el comentario śaiva de Abhinavagupta (siglo X ec) o el de Jñāneśvar, el santo marāṭhi del siglo XIII, incorporan ese elemento tántrico. Por ejemplo, este último no se limita a glosar las instrucciones que da Kṛṣṇa sobre la meditación en el capítulo 6, sino que culmina la sección describiendo de la manera más impresionante que conozco lo que se experimenta cuando se despierta la energía Kuṇḍalinī.
En segundo lugar, la Gītā también es el texto más popular del hinduismo porque el tesoro de sabiduría mundana y espiritual que alberga no se expone bajo la forma de un tratado más o menos frío y sistemático, sino como un diálogo de corazón a corazón entre el ser humano y la divinidad. Como la conversación tiene lugar en un contexto narrativo dramático y vital, el texto abunda en repeticiones y aparentes incoherencias, como la vida misma. El lector se puede identificar fácilmente con la angustia y la confusión de Arjuna, y por eso Gandhi decía que no había una lectura mejor que la Gītā para los momentos difíciles. Ante cualquier problema, abrimos la Gītā por una página al azar, escuchamos lo que nos dice la Divinidad o nuestro Ser más profundo y nos llenamos de fuerza y de serenidad. Como nos asegura el propio Kṛiṣhṇa: «Refúgiate en Mí y no te preocupes. Yo te libraré de todos los males» (18.66).
Juan Carlos Ramchandani lleva muchos años estudiando y practicando la enseñanza de la Canción del Bienaventurado. No solo cuenta con devoción a Kṛṣṇa, a cuyo servicio ha consagrado su vida —haciendo honor a su nombre espiritual: «Krishna Kripa Das», el Servidor de la Gracia de Krishna—, sino que tiene la formación necesaria para interpretar su vida y su enseñanza de una manera profunda e inspiradora. El libro que tengo el honor de prologar es buena muestra de todo ello. Aunque no se trata de una obra académica, quien la lea terminará su lectura habiendo descubierto enfoques originales y contenidos interesantes difíciles de encontrar en otros lugares. Pero lo más importante es que se trata de una fantástica lectura espiritual: los resúmenes, selecciones y reflexiones que va desgranando Ramchandani a lo largo de las páginas del libro nos van abriendo más y más a Kṛiṣhṇa y a nuestro propio Ser, haciendo crecer así nuestro nivel de desapego, concentración, devoción y sabiduría y acercándonos de ese modo a la Comunión con toda la realidad, que es la meta suprema de la vida.
Javier Ruiz Calderón (Śhaṅkara). Doctor en filosofía especializado en pensamiento indio y filosofía de la relig